¿ Un bebe nace sabiendo andar ?

miércoles, 29 de enero de 2014

INTRODUCCIÓN

En algún momento del siglo XX, la reflexión sobre la felicidad dejó de interesar a los filósofos. Hubo algunas excepciones como Bertrand Rusell y su La conquista de la felicidad, o Alain y sus Propos sur le bonheur. En general los filósofos callaron y fueron otros, psicólogos y psquiatras primero, y neurocientíficos, economistas y sociólogos después, quienes indagaron y explicaron esa vieja aspiración humana, sobre todo a partir  de la segunda mitad de la centuria.

André Comte-Sponville, en 1984 obtuvo un éxito insospechada con su Traité du désespoir et de la béatitude (Tratado de la desesperación y de la felicidad)
que luego se ha extendido con otras obras, Mi punto de partida fue restablecer la cuestión de la felicidad,de la vida buena, de la sabiduría.

A través de Epicuro, Montaigne, Spinoza y otros pensadores, ComteSponville ha conceptualizado lo que denomina "felicidad en acto ", que consiste "en desear lo que tenemos, lo que hacemos, lo que es, lo que nos falta"  añade el filosofo francés "Por eso podemos ser felices, y por eso lo somos a veces, porque hacemos lo que deseamos, porque deseamos lo que hacemos"

Javier Sádaba publicó Saber vivir, del que se lanzaron varias edicciones, sus reflexiones lo llevaron a distinguir la "buena vida" de la "vida buena".
La primera esta vinculada a los placeres inmediatos.
La segunda es una aspiración que se alcanza a través de la moral y la ética.

Para Sádaba, es lo que da sentido a la vida: la obra de arte por excelencia a la que podemos optar los humanos.

S.XVIII: EL DERECHO A LA FELICIDAD

Kant nos afirma que no se puede determinar el concepto de felicidad y por tanto que solo se puede obrar, dar consejos empíricos como por ejemplo una dieta, para ahorrar…
Una reflexión que no hicieron suya los ilustrados franceses, que convirtieron la satisfacción y el bienestar personal en un arte de vivir. Pero no solo razonaron sobre cómo maximizar el placer y minimizar el dolor, también convirtieron la felicidad en un objetivo político. 

El objetivo de la sociedad es la felicidad común. Unos años antes, en 1787, ilustrados norteamericanos como Thomas Jefferson y Benjamin Franklin ya habían establecido en la Constitución de Estados Unidos el derecho de todos a la búsqueda de la felicidad.

 ATENAS ALLUMBRA LA FELICIDAD

Todas las reflexiones sobre la felicidad parten de la Grecia del siglo v a.C., cuando se produce el denominado milagro griego y la democracia ateniense instaura espacio de libertad. Los griegos llevaban entonces tres o cuatro siglos repitiendo con Homero que los hombres eran las criaturas mas desdichadas de la tierra porque estaban sometidas al capricho de los dioses y a un destino inexorable que no podían controlar. Platón ideo una república gobernada coactivamente por los filósofos para promover las verdaderas justicia, verdad y felicidad, que sirvió de inspiración a modelos utópicos posteriores.

LA DOBLE CARA DEL PROGRESO.

Este fragmento trata sobre que la felicidad se extendió rápidamente, que se atribuye generalmente a la mejora de las condiciones de vida y la libertad que se generalizaba, y escrito por Rousseau.

A LOS 38 AÑOS.

Este fragmento trata sobre que a los 38 años Michael de Montaigne, se retiro a vivir al castillo que llevaba su nombre en la Dodoma Francesa, para  alejarse de las guerras de religión que ocurrieron en Francia en el siglo XVI, durante ese periodo de tiempo escribió unas memorias sobre su vida en las que aparecen los hechos más relevantes e importantes de la vida de Montaigne.
ROMA: LA FELICDAD TERRENAL
Roma dio continuidad al legado griego, al igual que la escuela estoica del griego Zenón que proclamó que el hombre feliz es el que se conforma con su suerte. Pero sería Horacio, que vivió unos años antes que Séneca, quien recogería con más amplitud o eclecticismo los ideales griegos. El poeta romano mezcló en sus recomendaciones para ser feliz la autosuficiencia estoica, la discreción epicúrea y la regla del término medio de Aristóteles, y alentó a vivir bajo la máxima Carpe Diem.

CRISTIANISMO: LA FELICIDAD ESTÁ EN EL CIELO

Todo ese mundo se vino abajo con la llegada de la fe cristiana, que trajo consigo, que todos los hombres son iguales. Sin embargo esa fe postergaba la felicidad a una recompensa en el Cielo. El Pecado Original nos condenaba a una vida de tormento. Esta concepción se impuso a partir del siglo IV y no sería modificada hasta mil años después.
Pero el mayor cambio llegaría con la Reforma de Martín Lutero, quien profundizaría en las naciones de predestinación e introspección presentes en San Agustín para trasladar la responsabilidad religiosa de la Iglesia a la conciencia individual, algo que tendría grandes consecuencias religiosas, filosóficas y políticas. En Lutero, el mundo sigue lleno de sufrimiento, pero valora lo que nos aportan los pequeños placeres terrenales y pide a los cristianos que sean alegres.

El pensamiento se fue haciendo laico y libre, y la felicidad volvió a estar en el centro de las preocupaciones filosóficas. 

viernes, 17 de enero de 2014

EL FUNCIONAMIENTO FISIOLÓGICO DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL.

Según el neurólogo Joseph LeDOUX, el funcionamiento del circuito de respuesta de las emociones es doble: un circuito básico en el que soló interviene el sistema límbico y un circuito inteligente en el que, además del sistema límbico, también intervine el neocórtex.

CIRCUITO BÁSICO: SISTEMA LÍMBICO.

Supongamos, como ejemplo de estímulo exterior, que escuchamos un ruido muy fuerte, en este caso el circuito de funcionamiento básico del sistema límbico es el siguiente:

-El estimulo llega, a través del oído, al tálamo. Este envía la información a la amígdala.
-La amígdala investiga, a través de la memoria emocional del hipocampo, si el ruido supone un peligro o no.
- Cuando la amígdala tiene la respuesta da órdenes al hipotálamo para que el cuerpo actué.
-El hipotálamo activa el sistema hormonal, la respiración, el funcionamiento del corazón, la musculatura y prepara el cuerpo para correr y huir del peligro.




CIRCUITO INTELIGENTE. NEOCORTEX

En el circuito inteligente se produce una variable clave: la intervención del neocórtex. Los pasos del circuito son:

-El estimulo llega a través del oído, al tálamo. Éste envía la información a la amígdala.
-La amígdala investiga, a través de la memoria emocional del hipocampo.
-El neocórtex evalúa el estímulo utilizando la razón y la memoria que tiene de el, y decide la respuesta.
-El neocortex envía su decisión  a la amígdala.
-La amígdala, de acuerdo con las órdenes del neocórtex, envía la información necesaria al hipotálamo.
-El hipotálamo activa el cuerpo para producir la respuesta solicitada por la amigdala.

RAZON Y PASION

Hemos hablado sobre la relación entre pasión y razón, ¿son complementarios?
La pasión es un sentimiento basado en sentir gran interés por algo y generalmente este sentimiento te permite razonar. Sin embargo la pasión llevada al extremo se puede convertir en una obsesión, la cual ya no te permite razonar.
Por lo tanto la pasión y la razón están relacionados,
haciendo que el aumento deuna provoque la disminución de la otra y aún así, es muy difícil separar estas dos capacidades.
El pensamiento racional permite el control de la pasión. Aunque hay personas más capaces que otras de priorizar los pensamientos racionales ante los pasionales.
Sin embargo, generalmente ayudamos a progresar determinadas pasiones que consideramos que son buenas o que simplemente no pueden hacer ningún mal (aunque hay quien dice que todo lo llevado al extremo es malo). Y por otro lado frenamos las pasiones que son malas.
Entonces nos hacemos la pregunta, ¿es mejor ser más impulsivo que racional? ¿o al contrario? Yo creo que lo mejor es buscar la justa medida entre ambos, aunque cuando una persona ya es de una manera es muy difícil cambiar los aspectos que no le gustan.
Finalmente, lo único que podemos sacar en claro es que “el alma es un campo de batalla sobre el que la razón y el juicio combaten contra la pasión y el apetito”

DEFINICIÓN DE INTELIGENCIA.

Hoy en día la inteligencia es un tema que se encuentra en el punto de mira de muchas discusiones por parte de distintas disciplinas, como la psicología, la medicina, la filosofía, etc. Hasta ahora se había medido la inteligencia humana con ayuda de tests en que se ponía a prueba las capacidades numéricas, lingüísticas o espaciales de cada persona.


 La teoría que más se ha impuesto últimamente es la de la inteligencia múltiple de Howard Gardner. Dice que no tenemos una sola capacidad mental, sino varias, concretamente siete: la lógico-matemática, la espacial, la lingüística, la musical, la corporal, la interpersonal y la intrapersonal. Por tanto, cuando queremos medir la inteligencia de un sujeto, lo debemos hacer basándonos en todas ellas, no sólo en unas cuantas.


    La inteligencia de una persona está formada por un conjunto de variables como la atención, la capacidad de observación, la memoria, el aprendizaje, las habilidades sociales, etc., que le permiten enfrentarse al mundo diariamente.

   La inteligencia es la capacidad de asimilar, guardar, elaborar información y utilizarla para resolver problemas, cosa que también son capaces de hacer los animales e incluso los ordenadores. Pero el ser humano va más allá, desarrollando una capacidad de iniciar, dirigir y controlar nuestras operaciones mentales y todas las actividades que manejan información. Aprendemos, reconocemos, relacionamos, mantenemos el equilibrio y muchas cosas más sin saber cómo lo hacemos.



   La función principal de la inteligencia no es sólo conocer, sino dirigir el comportamiento para resolver problemas de la vida cotidiana con eficacia. Hasta ahora la interpretación errónea de que la inteligencia sólo servía para resolver problemas matemáticos o físicos había dejado de lado las capacidades personales de resolver problemas que afectan a la felicidad personas o a la buena convivencia social.



LA INTELIGENCIA EMOCIONAL.

La Inteligencia Emocional podría definirse como la capacidad que tiene una persona de manejar, entender, seleccionar y trabajar sus emociones y las de los demás con eficiencia y generando resultados positivos.
Es decir, es la habilidad para gestionar bien las emociones. Tanto las nuestras como las de los demás.
Una persona que se enfada con facilidad, que se pone triste con frecuencia o que no es capaz de controlar sus impulsos... es alguien con mala inteligencia emocional. Por el contrario, una persona que se conoce bien a sí mismo, que es capaz de pensar antes de actuar, que entiende sus impulsos, que los expresa con educación siendo sincero pero, a la vez, consiguiendo no afectar negativamente a la gente que le rodea...o que es capaz de relativizar y sentir las cosas de una forma sana...sería una persona con MUY buena inteligencia emocional.
Así mismo, la Inteligencia Emocional nos debe servir para entender las emociones de los demás y saber cómo tratar a la gente que nos rodea de forma que:
Estén a gusto a nuestro lado.
No provoquemos emociones desagradables en ellos (ira, tristeza, frustración, etc.). Es decir tener mano izquierda a la hora de plantear las cosas.
Alguien con una buena inteligencia emocional debería ser capaz de aplicar las siguientes cosas:
Pensar antes de actuar...y no ir a la deriva y a lo "loco" antes de hacer las cosas. Esto no quiere decir que no se viva el momento o que no se disfrute. Esto quiere decir que las emociones y la razón vayan de la mano. Hay que disfrutar, pero también hay que ser capaz de utilizar la inteligencia y analizar las emociones, especialmente cuando hablamos de ira, tristeza o frustración.

Ser empático para poder entender, respetar y manejar las emociones de los demás, haciendo que la gente que nos rodee esté a gusto.