Hemos hablado sobre la relación entre pasión y razón, ¿son complementarios?
La pasión es un sentimiento basado en sentir gran interés por algo y generalmente este sentimiento te permite razonar. Sin embargo la pasión llevada al extremo se puede convertir en una obsesión, la cual ya no te permite razonar.
Por lo tanto la pasión y la razón están relacionados,
haciendo que el aumento deuna provoque la disminución de la otra y aún así, es muy difícil separar estas dos capacidades.
El pensamiento racional permite el control de la pasión. Aunque hay personas más capaces que otras de priorizar los pensamientos racionales ante los pasionales.
Sin embargo, generalmente ayudamos a progresar determinadas pasiones que consideramos que son buenas o que simplemente no pueden hacer ningún mal (aunque hay quien dice que todo lo llevado al extremo es malo). Y por otro lado frenamos las pasiones que son malas.
Entonces nos hacemos la pregunta, ¿es mejor ser más impulsivo que racional? ¿o al contrario? Yo creo que lo mejor es buscar la justa medida entre ambos, aunque cuando una persona ya es de una manera es muy difícil cambiar los aspectos que no le gustan.
Finalmente, lo único que podemos sacar en claro es que “el alma es un campo de batalla sobre el que la razón y el juicio combaten contra la pasión y el apetito”
DEFINICIÓN DE INTELIGENCIA.
Hoy en día la inteligencia es un tema que
se encuentra en el punto de mira de muchas discusiones por parte de distintas
disciplinas, como la psicología, la medicina, la filosofía, etc. Hasta ahora se
había medido la inteligencia humana con ayuda de tests en que se ponía a prueba
las capacidades numéricas, lingüísticas o espaciales de cada persona.
La
teoría que más se ha impuesto últimamente es la de la inteligencia múltiple de Howard Gardner. Dice que no tenemos
una sola capacidad mental, sino varias, concretamente siete: la
lógico-matemática, la espacial, la lingüística, la musical, la corporal, la
interpersonal y la intrapersonal. Por tanto, cuando queremos medir la
inteligencia de un sujeto, lo debemos hacer basándonos en todas ellas, no sólo
en unas cuantas.
La inteligencia de una persona está formada
por un conjunto de variables como la atención, la capacidad de observación, la
memoria, el aprendizaje, las habilidades sociales, etc., que le permiten
enfrentarse al mundo diariamente.
La inteligencia es la capacidad de asimilar,
guardar, elaborar información y utilizarla para resolver problemas, cosa que
también son capaces de hacer los animales e incluso los ordenadores. Pero el
ser humano va más allá, desarrollando una capacidad de iniciar, dirigir y
controlar nuestras operaciones mentales y todas las actividades que manejan
información. Aprendemos, reconocemos, relacionamos, mantenemos el equilibrio y
muchas cosas más sin saber cómo lo hacemos.
La función principal de la inteligencia no es sólo
conocer, sino dirigir el comportamiento para resolver problemas de la vida
cotidiana con eficacia. Hasta ahora la interpretación errónea de que la
inteligencia sólo servía para resolver problemas matemáticos o físicos había
dejado de lado las capacidades personales de resolver problemas que afectan a
la felicidad personas o a la buena convivencia social.
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL.
La Inteligencia Emocional
podría definirse como la capacidad que tiene una persona de manejar, entender,
seleccionar y trabajar sus emociones y las de los demás con eficiencia y
generando resultados positivos.
Es decir, es la habilidad para gestionar bien las emociones. Tanto
las nuestras como las de los demás.
Una persona que se enfada con facilidad, que se pone triste con
frecuencia o que no es capaz de controlar sus impulsos... es alguien con mala
inteligencia emocional. Por el contrario, una persona que se conoce bien a sí
mismo, que es capaz de pensar antes de actuar, que entiende sus impulsos, que
los expresa con educación siendo sincero pero, a la vez, consiguiendo no
afectar negativamente a la gente que le rodea...o que es capaz de relativizar y
sentir las cosas de una forma sana...sería una persona con MUY buena
inteligencia emocional.
Así mismo, la Inteligencia Emocional nos debe servir para entender
las emociones de los demás y saber cómo tratar a la gente que nos rodea de
forma que:
Estén a gusto a nuestro lado.
No provoquemos emociones desagradables en ellos (ira, tristeza,
frustración, etc.). Es decir tener mano izquierda a la hora de plantear las
cosas.
Alguien con una buena inteligencia emocional debería ser capaz de
aplicar las siguientes cosas:
Pensar antes de actuar...y no ir a la deriva y a lo
"loco" antes de hacer las cosas. Esto no quiere decir que no se viva
el momento o que no se disfrute. Esto quiere decir que las emociones y la razón
vayan de la mano. Hay que disfrutar, pero también hay que ser capaz de utilizar
la inteligencia y analizar las emociones, especialmente cuando hablamos de ira,
tristeza o frustración.
Ser empático para poder entender, respetar y manejar las emociones
de los demás, haciendo que la gente que nos rodee esté a gusto.
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