¿ Un bebe nace sabiendo andar ?

viernes, 17 de enero de 2014

RAZON Y PASION

Hemos hablado sobre la relación entre pasión y razón, ¿son complementarios?
La pasión es un sentimiento basado en sentir gran interés por algo y generalmente este sentimiento te permite razonar. Sin embargo la pasión llevada al extremo se puede convertir en una obsesión, la cual ya no te permite razonar.
Por lo tanto la pasión y la razón están relacionados,
haciendo que el aumento deuna provoque la disminución de la otra y aún así, es muy difícil separar estas dos capacidades.
El pensamiento racional permite el control de la pasión. Aunque hay personas más capaces que otras de priorizar los pensamientos racionales ante los pasionales.
Sin embargo, generalmente ayudamos a progresar determinadas pasiones que consideramos que son buenas o que simplemente no pueden hacer ningún mal (aunque hay quien dice que todo lo llevado al extremo es malo). Y por otro lado frenamos las pasiones que son malas.
Entonces nos hacemos la pregunta, ¿es mejor ser más impulsivo que racional? ¿o al contrario? Yo creo que lo mejor es buscar la justa medida entre ambos, aunque cuando una persona ya es de una manera es muy difícil cambiar los aspectos que no le gustan.
Finalmente, lo único que podemos sacar en claro es que “el alma es un campo de batalla sobre el que la razón y el juicio combaten contra la pasión y el apetito”

DEFINICIÓN DE INTELIGENCIA.

Hoy en día la inteligencia es un tema que se encuentra en el punto de mira de muchas discusiones por parte de distintas disciplinas, como la psicología, la medicina, la filosofía, etc. Hasta ahora se había medido la inteligencia humana con ayuda de tests en que se ponía a prueba las capacidades numéricas, lingüísticas o espaciales de cada persona.


 La teoría que más se ha impuesto últimamente es la de la inteligencia múltiple de Howard Gardner. Dice que no tenemos una sola capacidad mental, sino varias, concretamente siete: la lógico-matemática, la espacial, la lingüística, la musical, la corporal, la interpersonal y la intrapersonal. Por tanto, cuando queremos medir la inteligencia de un sujeto, lo debemos hacer basándonos en todas ellas, no sólo en unas cuantas.


    La inteligencia de una persona está formada por un conjunto de variables como la atención, la capacidad de observación, la memoria, el aprendizaje, las habilidades sociales, etc., que le permiten enfrentarse al mundo diariamente.

   La inteligencia es la capacidad de asimilar, guardar, elaborar información y utilizarla para resolver problemas, cosa que también son capaces de hacer los animales e incluso los ordenadores. Pero el ser humano va más allá, desarrollando una capacidad de iniciar, dirigir y controlar nuestras operaciones mentales y todas las actividades que manejan información. Aprendemos, reconocemos, relacionamos, mantenemos el equilibrio y muchas cosas más sin saber cómo lo hacemos.



   La función principal de la inteligencia no es sólo conocer, sino dirigir el comportamiento para resolver problemas de la vida cotidiana con eficacia. Hasta ahora la interpretación errónea de que la inteligencia sólo servía para resolver problemas matemáticos o físicos había dejado de lado las capacidades personales de resolver problemas que afectan a la felicidad personas o a la buena convivencia social.



LA INTELIGENCIA EMOCIONAL.

La Inteligencia Emocional podría definirse como la capacidad que tiene una persona de manejar, entender, seleccionar y trabajar sus emociones y las de los demás con eficiencia y generando resultados positivos.
Es decir, es la habilidad para gestionar bien las emociones. Tanto las nuestras como las de los demás.
Una persona que se enfada con facilidad, que se pone triste con frecuencia o que no es capaz de controlar sus impulsos... es alguien con mala inteligencia emocional. Por el contrario, una persona que se conoce bien a sí mismo, que es capaz de pensar antes de actuar, que entiende sus impulsos, que los expresa con educación siendo sincero pero, a la vez, consiguiendo no afectar negativamente a la gente que le rodea...o que es capaz de relativizar y sentir las cosas de una forma sana...sería una persona con MUY buena inteligencia emocional.
Así mismo, la Inteligencia Emocional nos debe servir para entender las emociones de los demás y saber cómo tratar a la gente que nos rodea de forma que:
Estén a gusto a nuestro lado.
No provoquemos emociones desagradables en ellos (ira, tristeza, frustración, etc.). Es decir tener mano izquierda a la hora de plantear las cosas.
Alguien con una buena inteligencia emocional debería ser capaz de aplicar las siguientes cosas:
Pensar antes de actuar...y no ir a la deriva y a lo "loco" antes de hacer las cosas. Esto no quiere decir que no se viva el momento o que no se disfrute. Esto quiere decir que las emociones y la razón vayan de la mano. Hay que disfrutar, pero también hay que ser capaz de utilizar la inteligencia y analizar las emociones, especialmente cuando hablamos de ira, tristeza o frustración.

Ser empático para poder entender, respetar y manejar las emociones de los demás, haciendo que la gente que nos rodee esté a gusto.








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